Sólo hay 50 casos en el mundo como este.
Gabriela Andrade tiene síndrome de Down y su pareja, Fabio Marchetti de Moraes, un retraso mental, pero hace ocho años ambos tuvieron a una hija sana, Valentina. Sucedió en la ciudad de Socorro, Brasil, y esta es su historia. Y sólo basta con ver la felicidad en los rostros de los tres para que se borre cualquier prejuicio.
Valentina, quien tenía menos de un año en esta fotografía, no tiene ninguna discapacidad a pesar de la condición de sus padres.
La historia de esta familia brasileña es una lección de vida.
“Su forma de ver la vida es más simple que la nuestra. Nunca he visto una pareja disfrutar tanto de la paternidad”.
-Asegura Laurinda, madre de Gabriela-
Viven en una casa de piedra del municipio brasileño Socorro, cerca de Sao Paulo, y comparten el lugar con otros dos hijos de Laurinda. El guardarropas de la casa está lleno de muñecas Barbie, y las paredes tapizadas con motivos de Dora la Exploradora.
Y vale la pena contar esta historia, no sólo porque es inspiradora y llama a la reflexión, sino que porque esta familia forma parte de los 50 casos en el mundo documentados de mujeres con síndrome de Down que han dado a luz.
«Los hombres con Down tienden a ser estériles y la probabilidad de las mujeres de quedarse embarazadas es del 50%”.
-Explica Agustín María, gerente de la Federación Española de Síndrome de Down-
En Socorro todos conocen la historia de Valentina, la niña que nació sana un 19 de marzo de 2008. Los noticieros abrieron con la historia, pues no había precedente de nada similar en Brasil.
Gabriela y su marido Fabio se conocieron en la escuela de la Asociación de Padres y Amigos de Niños excepcionales (APAE). Se gustaron desde un principio, pero Fabio se cambió de escuela por un tiempo y cuando volvió, su enamorada estaba saliendo con Erik. Sin embargo, Fabio no se rindió y logró reconquistarla llevándole a menudo cajas con sus caramelos favoritos.
Desde entonces son inseparables y su relación, intensa. Al igual que sus relaciones sexuales eran intensas, pero nadie se preocupaba porque creían poco probable que Gabriela pudiera terminar embarazada. Estabas equivocados.
Hace nueve años Gabriela comenzó a engordar, pero la madre le achacaba la subida de peso a la comida. Cuando por fin fueron a visitar al ginecólogo, Gabriela estaba de 6 meses.
«Fue increíble, no nos lo podíamos creer. Mi hija llevó todo el proceso con mucha calma y estaba muy feliz. Y dos meses después ya tenía a mi nieta”.
-Recuerda Laurinda-
Valentina nació un mes antes de lo previsto, sin ninguna discapacidad. Y aunque en un principio la justicia brasileña había negado la paternidad a Fabio por no considerarlo apto, rápidamente cambiaron su dictamen.
«Ahora somos padres. Estamos muy felices y preparados para cuidar a nuestra pequeña”.
-Dijo Fabio cuando fueron a registrar a su hija al Tribunal Civil de Sao Paulo-
Un año después, en marzo de 2009, Gabriela y Fabio se casaron.